"Nacemos con el papel de amante o de amado repartido, y ése es el que representaremos durante nuestra vida entera. El amado es un poco amante, y el amante algo correspondido; pero la actitud previa y esencial la tiene cada uno señalada. En cada relación amorosa hay, en último término, un devoto y un Dios, un amo y un esclavo; hay quien rompe a hablar y hay quien responde. Para opinar, habremos de tener en cuenta lo que sabemos y lo que intuimos: el primer golpe de vista es importante. El amante tiene mejor prensa: es el que más sufre, el que más pierde, es el agente provocador, el generoso...
El amado es el pretexto del amor, su motivo; ya está en marcha el sentimiento, ya no es el imprescindible, bastan sus huellas."
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