viernes, 19 de octubre de 2012


Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos. Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella. Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejaréis de intentarlo. Os rendiréis y buscaréis a otra persona que acabaréis encontrando. Pero os aseguro que no pasareis una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más. 

Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estabais leyendo esto, os ha venido su nombre a la cabeza. Os libraréis de él o de ella, dejareis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz. Pero os aseguro que no pasará un día en que no deseéis que estuviera aquí para perturbaros. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.

martes, 16 de octubre de 2012



"Querida Cristina:

He decidido hacerte esta carta porque mereces saber que nada es culpa tuya. Simplemente todo ha cambiado, y no sé decirme por qué. Te adoro pero no, no puedo seguir contigo. Lo cierto es que te he mentido, y eso no es lo peor, lo peor es que llevo haciéndolo desde el primer día. Y lo más ridículo es que también me he mentido a mí mismo. Creyendo que por fin te había encontrado. Adoraba como pasabas de enfadada a enamorada en cuestión de segundos. Me encantaba tu piel y el olor a crema hidratante cada vez que me abrazabas. Adoraba el modo en el que decías sí a todas mis locuras. No podía vivir sin tus abrazos constantes. Me encantaba cuando te burlabas de mis tonterías y eso te hacía estallar en mil sonrisas. Disfrutabas sin hacer nada, matando el tiempo paseando, besándonos. Adoraba tantas cosas de tí. En cambio ahora, odio tus cambios repentinos de humor. Detesto cuando te pones esa crema hidratante y me tocas con la piel pegajosa. Odio tu poca iniciativa y que digas sí a todo. Me agobia que quieras estar siempre pegada a mí. Y me enfurece que te burles de mis cosas y encima te rías. Me aburre estar sin hacer nada, perdiendo el tiempo. Por eso no puedo seguir contigo. Porque cometí ese error que comete todo el mundo, de creer que eras quien yo quería que fueras. De, sin conocerte, decirte que eras la mujer de mi vida, de pensar que eras mi una entre un millón. Porque eran más mis ganas de encontrarte, que las de estar contigo. Pero no has sido tú la única engañada, yo también me creí que eras para siempre, que serías mi antes y mi después, lo que siempre había soñado. Sé que me volverá a pasar, me volveré a mentir, volveréis a parecerme todas las anteriores en insight y volverá a parecerme todo increíble. Me veo mintiéndome otra vez, equivocándome, pero ya no contigo, ya no contra ti. 

Lo siento mucho, te deseo lo mejor.

Marcos.

lunes, 8 de octubre de 2012


Puedes ir a donde quieras, pero en cualquier lugar, por maravilloso que sea, solo valen las personas que hay en el.